Hubo una época en la que el río Tajo servía como punto de reunión para los habitantes de Toledo. Solían congregarse allí para darse un chapuzón en sus aguas y pasar momentos de esparcimiento en la antigua Playa de Safont. Sin embargo, en 1972, todo cambió. Desde hace 52 años, los baños están prohibidos debido a la contaminación y, tras cinco décadas, la situación no ha mejorado: la aparición de espumas es constante y, por supuesto, los baños siguen estando prohibidos.
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