El Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Toledo homenajea a título póstumo al que fuera su presidente, Enrique del Castillo
El Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Toledo rindió este jueves homenaje al que fuera su presidente desde 2010 a 2018, Enrique del Castillo, justo cuando se cumple un año de su fallecimiento.
Entre sus logros, conseguir que la sede de Toledo permaneciera activa a pesar de la crisis económica destacando su importancia estratégica al estar ubicada en la capital de Castilla-La Mancha.
Crisis económica del ladrillo
El acto tuvo lugar en el Hotel Beatriz y contó con la presencia del presidente provincial del COIIM Toledo, Marcelino Casas; el presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros Industriales, César Franco, además de medio centenar de colegiados y colegiadas que quisieron arropar con su asistencia a la familia de Enrique del Castillo.
La Delegación de Toledo le debe casi todo lo que es a Enrique”, afirmó Marcelino Casas en su discurso, para recordar que “le tocó lidiar tiempos complicados con la crisis económica del ladrillo” que coincidió con el inicio de su mandato en 2010.
“Tuvo que defender y lo consiguió a la Delegación de Toledo en el ERE que hubo en esa época donde se planteaba la posibilidad del cierre total”, explicó.
Marcelino Casas destacó su dedicación y esfuerzo por ayudar a los colegiados a lo largo de su mandato y su entereza y fuerza para afrontar su enfermedad de una manera ejemplar. “Fue un modelo para todos los que le rodeaban, fueron más de 5 años de lucha intensa”.
Compromiso con la Delegación del COIIM en Toledo
Por su parte, el presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros Industriales, César Franco, puso también en valor la tenacidad y compromiso de Enrique del Castillo con la Delegación del COIIM en Toledo, destacando su defensa a ultranza del papel que tenían que cumplir las delegaciones en cualquier reunión a la que acudiera a Madrid.
“No puedo decir la cantidad de horas que Enrique estuvo peleando a pecho descubierto por mantener la actividad y por recalcar la importancia de las delegaciones en el conjunto del Colegio”, manifestó Cesar Franco durante su discurso recordando su época de interventor en el COIIM Madrid.
Cuando Cesar Franco asumió el cargo como decano, “poco a poco, de la mano de la recuperación y sobre todo de la mano del trabajo de las delegaciones, se pudo recomponer algo que había quedado roto, la confianza”.
Y en esa lucha, en la de recuperar la confianza de los colegiados y colegiadas de las delegaciones también estuvo Enrique del Castillo reconstruyendo, recomponiendo y yendo uno por uno a los colegiados para decirles que se sumasen e involucrasen en la institución que les representaba.
En el acto, el presidente provincial del COIIM Toledo entregó una placa de reconocimiento a la mujer de Enrique del Castillo “por la entrega y el servicio que aportó a la profesión y a la delegación a lo largo de su vida dejando un valioso legado para todos los ingenieros industriales”, y a sus hijos, el primer proyecto que su padre visó en la delegación en abril de 2015, un proyecto de almacenamiento de productos químicos en una E.D.A.R. de Aranda de Duero (Burgos).