La milenaria historia del Castillo de San Servando
El Castillo de San Servando ha sido el escenario de una jornada con gran afluencia de visitantes, que participaron en dos turnos de actividades culturales y de ocio, como parte del proyecto «12 meses, 12 castillos, 12 experiencias», de la Diputación de Toledo, que busca promover el patrimonio histórico de la región y, en le que de nuevo, hemos participado en Tu Toledo.
El primer turno, que comenzó a primera hora de la tarde, congregó a un grupo de aproximadamente 100 personas. Los asistentes disfrutamos de una visita guiada por los alrededores del Alcázar, acompañados por dos fantásticas guías turísticas hasta le puente de Alcántara.
En el puente daba comienzo la visita teatralizada, tres mujeres «Inés»; «Zaida» y «Raquel», en su búsqueda de un tal Ramón, nos llevaron, a través de sus historias, al Castillo de San Servando, En donde la experienciacontinuó con una inmersión en la historia y las leyendas del castillo, de la mano de la Compañía de Teatro Atenea, quienes nos trajeron a la visita, a los reyes Alfonso VI, Alfonso VIII y Alfonso X El Sabio, junto a personajes históricos, como el Cid, Rodrigo Díaz de Vivar, quien relataba al rey Alfonso VI, las vilezas cometidas por los Infantes de Carrión a sus hijas y reclamando justicia por ello .
Los visitantes también tuvieron la oportunidad de presenciar una demostración de Damasquinado a cargo de Raquel de la Torre, de Togashi Damasquinos, y una muestra de Espadería por Toni Arellano, uno de los últimos espaderos toledanos con una tradición a sus espaldas de más de cinco generaciones, mostrando la rica tradición artesanal toledana.
La velada concluyó con una cata de vinos musicalizada, ofrecida por la Bodega Casas del Valle de Yepes, maridada con creaciones del reconocido cocinero toledano Juan Galán Brasal, y amenizada por el grupo La Triunvirata.
Con estas actividades en el Castillo de San Servando, el proyecto «12 meses, 12 castillos, 12 experiencias» llega a su ecuador. Hasta la fecha, se han visitado los castillos de Orgaz, Manzaneque, Guadamur, Mora, Cuerva y el mencionado San Servando en Toledo.
Pero…. Hablemos del Castillo de San Servando
El Castillo de San Servando, una de las fortalezas más emblemáticas de la provincia de Toledo, se alza estratégicamente en la margen izquierda del río Tajo, frente al icónico puente de Alcántara. Con una historia que abarca más de mil años, desde sus orígenes como fortificación defensiva hasta su actual función como albergue juvenil y centro de eventos, este monumento es un testigo vivo de la evolución histórica de la ciudad.
Orígenes y evolución a través de los siglos
Los cimientos del castillo se remontan a la época romana, cuando existía una fortaleza primigenia que controlaba el Puente de Alcántara y el acueducto que abastecía de agua a la antigua urbe. Los restos de argamasa romana aún visibles en la subida al castillo confirman la existencia de esta fortificación original, que formaba parte de la calzada romana hacia Oretum.
Durante la ocupación musulmana en el siglo VIII, los árabes reconstruyeron el castillo, ampliando sus dimensiones y utilizándolo como una robusta fortaleza defensiva. De este periodo se conservan porciones de muralla en los lados norte y oeste, así como los cimientos de la fortaleza musulmana, que era considerablemente más grande que la construcción que vemos hoy.
Tras la reconquista de Toledo por Alfonso VI en 1085, el monarca decidió establecer en este lugar estratégico un monasterio. El 11 de marzo de 1088, Alfonso VI fundó oficialmente un monasterio dedicado a los santos Servando y Germano. Esta advocación se atribuyó al agradecimiento del rey castellano a dichos santos, ya que, en la Batalla de Sagrajas del 23 de octubre de 1086, el monarca logró escapar de una derrota ante las tropas almorávides de Yúsuf ibn Tasufín. El monasterio, encomendado inicialmente a los abades de San Víctor de Marsella y posteriormente a monjes benedictinos, aunque con función religiosa, pronto reveló su importancia militar para la defensa de la ciudad debido a su ubicación.
Periodos de conflicto, abandono y la gran reconstrucción
La ubicación extramuros del monasterio lo convirtió en un objetivo frecuente de los ataques musulmanes. Los monjes se vieron obligados a abandonar el monasterio entre 1099 y 1110 debido a los constantes asaltos. La fortaleza sufrió múltiples ataques almorávides, resistiendo gracias a su sólida construcción y posición defensiva. En 1113, la reina doña Urraca cedió el edificio al arzobispo don Bernardo, pasando a pertenecer a la Catedral de Toledo. Durante este período, ha existido debate sobre si el castillo fue entregado a los Caballeros Templarios. Algunos autores sostienen que Alfonso VIII, tras la derrota en la Batalla de Alarcos (1195), entregó la llave del castillo a los templarios para su defensa, aunque esta afirmación carece de documentación histórica sólida.
La importancia estratégica del castillo decayó tras la batalla de las Navas de Tolosa (1212), al desplazarse la frontera de los conflictos hacia el sur. Sin embargo, el castillo volvió a cobrar relevancia durante las guerras civiles entre Pedro I «El Cruel» y su hermano bastardo Enrique de Trastámara en 1363. Una vez cesaron las hostilidades, el arzobispo Pedro Tenorio ordenó la reconstrucción del castillo entre 1380 y 1389. Esta reconstrucción se realizó sobre un castillo anterior de origen musulmán, pero con una planta más reducida. La construcción actual que ha llegado hasta nuestros días corresponde principalmente a esta reconstrucción del siglo XIV. El castillo está realizado en mampostería, con coronamiento de torres y muros del costado meridional en «roja fábrica de ladrillo». Su planta es rectangular, orientada de sur a norte, con torres circulares huecas en tres de sus esquinas y una torre intermedia en el lado sur.
Declive, restauración y usos contemporáneos
Tras la reconstrucción de Tenorio, el castillo no permaneció en buen estado por mucho tiempo. En el siglo XVI volvió a presentar un estado de ruina y fue utilizado para diversas funciones utilitarias. Durante el siglo XIX, el deterioro se agravó hasta tal punto que en 1857 se utilizó como almacén de pólvora y en 1873 salió a subasta pública por un precio inferior a 3.500 pesetas.
La amenaza de demolición movilizó a los defensores del patrimonio toledano. El 26 de agosto de 1874, el Castillo de San Servando fue declarado Monumento Nacional por Real Orden, convirtiéndose en el primer castillo de la península ibérica en recibir tal denominación. Esta declaración fue fundamental para salvar la fortaleza de su destrucción y marcó un precedente importante en la protección del patrimonio histórico español.
En 1920 se llevaron a cabo trabajos arqueológicos en el interior del patio, donde se documentaron tumbas medievales excavadas en la propia roca, testimoniando la antigüedad y la importancia histórica del emplazamiento. La restauración definitiva se realizó entre 1945 y 1958, respetando el trazado original de la fortaleza del siglo XIV.
En 1958 se inauguró en el castillo un colegio menor, marcando el inicio de su función educativa moderna. A lo largo del siglo XX y XXI, el castillo ha tenido diversos usos, incluyendo sede de las Cortes de Castilla-La Mancha de forma temporal, residencia universitaria y, actualmente, albergue juvenil y centro de celebración de cursos, conferencias y congresos. Su salón de actos acoge regularmente presentaciones de libros y eventos culturales.
Leyendas y su legado cultural
El castillo es famoso por la leyenda del Fantasma de San Servando, —de la que hablaremos en otra publicación—, una historia que se remonta a siglos pasados y que cuenta las misteriosas muertes de soldados en sus muros y las apariciones de una sombra armada en el torreón norte.
El castillo fue inmortalizado en el arte por El Greco en su famosa pintura «Vista de Toledo», lo que demuestra su importancia como elemento característico del paisaje toledano. Desde sus muros se puede contemplar una vista panorámica excepcional de la ciudad de Toledo y del río Tajo, ofreciendo una perspectiva única de la ciudad medieval. La fortaleza actual presenta una arquitectura gótico-mudéjar característica del siglo XIV.
