Rotundo éxito del festival «Lux in Tenebris»
Los asistentes al festival Lux in Tenebris han disfrutado durante cuatro días de propuestas artísticas que fusionan tradición y patrimonio con la narrativa actual, la tecnología y la poética digital para ofrecer espectáculos inéditos de Rosario La Tremendita, José Hernández Pastor, Eusebio Calonge junto con Laura Gómez-Lacueva, entre otros artistas. En total, en estos cuatro días de festival, Lux in Tenebris han asistido casi 1.500 personas.
La organización del laboratorio creativo de innovación cultural LaLAB, califica de «rotundo éxito» todo el evento ya que “las actuaciones, el desarrollo de las mismas, la afluencia de público y el sentir general ha sido espectacular”.
Durante la Semana Santa se ha ofrecido una programación que une a las más prestigiosas formaciones de música renacentista y el teatro con la vanguardia de la música experimental, las performances y la gastronomía, todo hilado por espectaculares proyecciones y lenguaje digital de última generación.
El festival comenzó con el Oficio de Tinieblas, una obra teatral única que fue la encargada de recoger la esencia de los textos bíblicos de la Semana Santa y los transformó en relatos del presente en los que la fe y el agnosticismo iban y venían unidos en un increíble viaje humano y relatable. A través de las imágenes del patrimonio artístico de la Diócesis de Cuenca se relató el libro de las Lamentaciones representado a través de un lenguaje audiovisual transportado al siglo XXI y con la mirada del nuevo espectador. «El Oficio relata varios viajes que representan el dolor y la fe. Desde el punto de vista bíblico y más religioso, hasta el humano que llega a cuestionar sus creencias, recogiendo así, un abanico de emociones que representa el mundo humano y sus complejidades», matizan desde la organización.
El festival continuó con El enigma del Sepulcro, una pieza innovadora de arte sonoro y audiovisual que se adentra en la interpretación contemporánea de un hecho conocido, pero no descrito en La Biblia. A través del sonido y las proyecciones audiovisuales se ha relatado el tiempo que Jesucristo permaneció en el sepulcro. La iglesia del Monasterio de Uclés fue epicentro de un espacio de misterio y meditación en el que el espectador se vió inmerso completamente.
Durante el Sábado Santo se celebró La Vigilia, arte, música y gastronomía, el evento más experimental de Lux in Tenebris, una lectura contemporánea a través de siete artistas que ofrecieron siete conciertos repartidos por todo el Monasterio. La noche se inició con una cena inspirada en los ingredientes de la Vigilia Pascual, fruto de productos de la tierra y acompañada de cantos de folk ibérico interpretados por Javier Collado. A esto le siguieron los conciertos, que hicieron de los pasillos del monasterio un lugar para transitar disfrutando de música, intervenciones audiovisuales e instalaciones artísticas y gastronomía durante toda la noche hasta el fin de la vigilia al amanecer.
Y para clausurar el festival, la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid (la ORCAM, una de las formaciones orquestales de mayor prestigio en España) representó la Sinfonía n.º 9 en re menor, op.125 de Beethoven, un imaginario colectivo universal de los sentimientos de la alegría. Esta actuación estuvo unida a las interpretaciones proyectadas en el retablo ampliando así la intensidad y las emociones de esta obra musical como pieza final y broche de oro del festival.
David Pérez, director creativo de LaLAB y director ejecutivo de la Fundación Fernando Núñez: «Creemos esencial que se creen proyectos innovadores y creativos que potencien el Monasterio de Uclés, tesoro patrimonial. Nosotros éramos conscientes de ello y siempre hemos intentado trascender las fronteras con un impulso cultural revolucionario».
«Dado el éxito que ha tenido entre todos los asistentes, ya estamos preparando en la próxima edición de 2023, manteniendo su esencia como un festival de música mística y de vanguardia con escenografías inmersivas, música, teatro y arte experimental», anuncia David Pérez. En definitiva, «son eventos que convierten a este pequeño municipio conquense de apenas 300 habitantes en epicentro de la cultura nacional, dinamizando y generando empleo», ha indicado la organización.