viernes, abril 19, 2024
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Lo que Toledo ha perdido

Artículo de opinión de Agustín Conde Bajén, ex Alcalde de Toledo y ex Secretario de Estado de Defensa

A las pocas semanas de que el general Varela tomara posesión de su cargo como nuevo Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, me invitó a visitar el Cuartel General y a tener una reunión con su Estado Mayor. Como Secretario de Estado de Defensa yo tenía las competencias en materia de gestión económica del Ministerio, sobre las tecnologías de información y telecomunicaciones, sobre las políticas de adquisición de armamento y material, y sobre las infraestructuras de la defensa, entre otras. El Ejército de Tierra quería exponerme sus inquietudes y necesidades en esas materias, y conocer las líneas de actuación de la Secretaría de Estado que había asumido unos meses antes. Tras los ceremoniales castrenses de ordenanza, pasamos a una reunión con los generales de las tres divisiones (Planes, Operaciones y Logística) y de la Secretaría General, quienes me fueron exponiendo las necesidades del Ejército de Tierra, sus carencias y sus deseos. El general Pardo de Santayana (un soldado de gran valía humana y profesional recién pasado ahora a la reserva) al mando de la División de Logística, me expuso un viejo proyecto que venía cultivando polvo desde hacía años debido a la escasez de dinero. Se trataba de la agrupación de los catorce centros logísticos repartidos por España en único espacio, para ganar así operatividad y generar ahorros. En la actualidad, un carro de combate, por ejemplo, debe ser llevado a diferentes centros logísticos según se trate de reparar o revisar su motor, su blindaje, sus sistemas de armas o los demás elementos del mismo; y naturalmente eso es inoperativo y costoso. El COLCE (que así se llamaba el centro logístico, porque en los Ejércitos todo tiene unas siglas) permitiría ahorrar tiempo y dinero, y ello favorecería la operatividad de la Fuerza. En el Ejército de Tierra habían estudiado una operación parecida que acometió el Ejercito Británico con gran éxito, y querían seguir su ejemplo.

Inicialmente el proyecto pretendía instalarse en unos amplios terrenos de Defensa situados en el municipio de Pozuelo de Alarcón, cosa que a mí me parecía muy poco conveniente. En primer lugar, porque la concentración de unidades en Madrid es ya excesiva. En efecto, entre Madrid y Zaragoza se ubica un porcentaje altísimo del Ejército, y la instrucción que la ministra Cospedal nos dio a todos los altos cargos del Ministerio fue la de frenar esa concentración y que no hubiera provincia española en la que no hubiera presencia de unidades militares. En segundo lugar, porque esos terrenos están en la zona más cara de España, y emplearlos en un centro logístico en vez de enajenarlos sería una muy mala decisión desde el punto de vista de la gestión del patrimonio de Defensa. Con lo que vale ese suelo se podría allegar dinero suficiente como para construir dos COLCE. De modo que como Secretario de Estado solicité a los técnicos del Ministerio, Dirección General de Infraestructuras e ISDEFE (Ingeniería de Sistemas de la Defensa) que fijasen unos criterios para encontrar dónde ubicar el COLCE. Esos criterios eran los siguientes: Primero, el lugar elegido no debía estar más allá de cien kilómetros de Madrid. España tiene una red radial de carreteras en la que Madrid ocupa el punto central. Es imprescindible estar lo más cerca de ese punto. Segundo, en el lugar elegido el Ministerio debía contar con terrenos suficientes como para ubicar el COLCE. No sería lógico tener que comprar terrenos si los hubiera disponibles. Tercero, la ciudad elegida debería tener acceso directo a al menos tres autovías. Cuarto, debía contar también con AVE que permitiera la comunicación ferroviaria. La conclusión a la que llegaron los técnicos a los que ordené que buscaran una ubicación para el COLCE no pudo agradarme más. Toledo cumplía todos esos requisitos, y no había ninguna otra ciudad que lo hiciera. El siguiente paso era redactar un proyecto, lo que no era sencillo. En poco tiempo la Dirección General de Infraestructuras tuvo listo un anteproyecto que debía luego ser examinado por otros departamentos técnicos especializados en la parte industrial, no solo arquitectónica. Un centro logístico no es solo una nave industrial, es algo mucho más complejo desde el punto de vista de la ingeniería que debe instalarse en su interior. El caso es que pude ver los primeros planos de aquel COLCE y vi como aquel proyecto iba tomando forma.

En mayo de 2018 el PSOE presentó una moción de censura contra el gobierno del que yo formaba parte. Ganaron. Tuvieron apoyos poco recomendables, pero ganaron. Cuatro días más tarde recogía mis cosas del despacho que había venido ocupando, me despedí de los que habían sido mis colaboradores y me fui con el inmenso orgullo de haber podido servir a España nada menos que como Secretario de Estado de Defensa. Una de las cosas que sentí no poder haber acabado fue precisamente el proyecto de Base Logística.

En la primera ocasión que tuve comenté a la alcaldesa Milagros Tolón el proyecto del COLCE, y le hice ver lo importante que sería que Toledo contara con esa base militar. Cada vez que había alguna noticia en la prensa al respecto la llamé para dar mi opinión y ponerme a su disposición para ayudar en lo que pudiera y compartir lo que sabía. Ahora resulta que el COLCE se va a Córdoba que, salvo el del AVE, no cumple ninguno de los criterios que en su día fijamos. Parece que en el ayuntamiento de  Córdoba han sido más diligentes que en el de Toledo en moverse ante el Gobierno para lograr esa importantísima infraestructura. En realidad lo único que el Ayuntamiento de Toledo tenía que hacer era defender lo que ya estaba decidido, pero por lo visto andaban a otras cosas. Esta es otra ocasión perdida para nuestra ciudad, y ya van varias. Toledo lleva muchos años en un estado de parálisis preocupante. Aquí no se mueve nada desde hace tiempo, y creo que las ciudades son como las bicicletas: si no se mueven se caen.

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